Algunos meses atrás ocurrió un caso
muy interesante que fue publicada por fuentes web oficiales en donde se narra
que funcionarios de seguridad “observaron que los dueños de uno de los
apartamentos tenían una actitud sospechosa” lo que se hizo suficiente razón
para que ingresaran a la vivienda. Pudiera ser que el redactor de la nota quiso
hacerla más interesante y le dio un giro policiaco. Si bien en ese
procedimiento encontraron armas y otros elementos de orden delictivo, también afirma
que el ciudadano común está siendo observado, y que el derecho constitucional a
ser declarado inocente hasta que se compruebe lo contrario da paso a los
allanamientos por causa de sospecha.
Una "actitud sospechosa"
no es razón suficiente para detener a un ciudadano y en caso de ocurrir, las
consecuencias penales serán nulas, porque mal puede un agente de seguridad
detener a un ciudadano violentando derechos y libertades (hogar, transito,
correspondencia, comunicaciones, vida íntima) basado en su intuición. Menos aún
la consumación de un hecho delictivo como lo es revisar el correo privado o
pinchar teléfonos puede surtir ningún efecto en un proceso judicial.
La doctrina en el derecho penal
afirma que la detención policial no puede ser, el primer paso de la
investigación, nunca, jamás, y menos “para ver qué pasa, para saber que dice o
si acaso el tipo se cae”. La detención no puede ser un instrumento de uso
discrecional, una suerte de muestreo de criminalidad o de absolución según los
resultados o instinto del sabueso quien la efectúa. Nadie puede estar en contra
del acto policial dirigido a la prevención del delito pero si debemos oponernos
a los actos arbitrarios llevados a cabo por personas que desconocen sus deberes
y olvidan los derechos de sus conciudadanos. La forma correcta de usar palabra “sospechoso”
es como adjetivo: “el perro es sospechoso de corretear al gato”. Es necesario
usarla con delicadeza pues en todo caso sirve siempre para fundamentar y
mostrar una mala acción, por ejemplo, fulano es sospechoso de ser maltratador
de su pareja, pues nadie dice que zutano es sospechoso de donar sangre o dar
limosna a los pobres.
Acuden al instinto y al criterio
personal como medio para la resolución de hechos criminales solo los policías
en las películas, donde el héroe intuye y detiene al criminal que de inmediato
confiesa al verse rodeado o tal vez un estado policial; ambas situaciones están
descartadas porque en Venezuela vivimos en democracia, libertad y en una
realidad ajena al séptimo arte. Lamentablemente, para la mayoría, un sujeto suele
ser considerado sospechoso cuando su actitud es inusual, tal como ocurre cuando
la persona que utiliza lentes oscuros en la noche, chaqueta negra en días de
calor y peluca sin ser calvo y además pasa frente a la misma casa varias veces al
día mirando hacia dentro, puede resultar sospechoso, pero también puede ser que
esté tratando de encontrar la persona que ama. Al parecer todos somos
sospechosos hasta que se compruebe lo contrario.
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