El camino que siguió el deslave de 1812


En conocimiento que el día Jueves 12 de marzo de 1812 San Felipe El Fuerte fue sacudida por tres terremotos seguidos uno del otro, lo que pudo causar un gigantesco deslizamiento de tierra que formo un dique sobre “la garganta” del río Yurubi que se rompió entre la noche del día 30 y la mañana del 31 de ese mes y año, lo que causo sobre la ciudad un deslave que la soterró; falta saber cuál fue la vía por la que ese acarreo de materiales ocurrió.



Pensar que bajo por el cauce actual es poco probable. Al ver imágenes satelitales gratuitas, disponibles en la web, se puede apreciar que el cauce es casi recto desde el parque Leonor Bernabó, hasta pasadas las vías del tren, una suerte de canalización tal vez planeada en siglo pasado como medida para la prevención de inundaciones, posiblemente relacionado con el sistema de piscinas que existían en el sector El playón y que eran alimentadas con agua del rio, o tal vez como protección hidráulica del puente sobre la carretera Panamericana hoy avenida intercomunal “San Felipe El Fuerte”, es cosa de investigar más al respecto.
La duda que surge es por la distancia que separa actualmente ese cauce de la ciudad que fue sepultada, y la respuesta está en las narraciones ya famosas del Obispo Mariano Martí, quien señalaba la cercanía del rio a la ciudad. Aun así se puede especular que al igual que en inundaciones y deslaves recientes como la ocurridos en la ciudad en el 2004, la corriente de agua se separó de su cauce ordinario al encontrar un obstáculo y pudo encontrar nuevos pasos o retomar algunos viejos para discurrir por lechos ya olvidados, quizás anteriores a la conquista y aun mas viejos que los Jiraharas
El camino seguido por el rio para el acarreo el material que sepulto a la ciudad podría ser seguido y delimitado, al menos las venas más grandes que se formaron en esa ocasión, observando las grandes rocas que en posición de firmes aun vigilan sus costados. Lamentablemente en el trascurrir de los años los habitantes de la ciudad las han hecho desaparecer una por una con el uso de la sencilla técnica de calentarlas y luego arrojarles agua para que se fracturen. Poco o ningún registro existe de su ubicación.
Esas rocas dieron nombre a el sector Piedra Grande, al club Piedra de Oro y algunas de ellas se vieron hasta hace poco. Unas muy poquitas se pueden aun ver muy dispersas por la ciudad, cual objetos colocados al azar, para el ojo del experto son las señales que indican los caminos que siguió el rio esa ocasión. Por ejemplo frente a la Plaza en homenaje al poeta Manuel Rodríguez Cárdenas, la “Morir es Nacer” en la Avenida La Patria. Otras que aún permanecen vigilantes están en las inmediaciones de la urbanización Ascensión y en la esquina de la calle 6 con avenida 3. Estas últimas hacen pensar que, con mucha posibilidad, que uno de los caminos que siguió el deslave hacia San Felipe el Fuerte fue el mismo que sigue la quebrada que baja desde el hospital pasando por lo que hoy es la urbanización La Ascensión y pasa por el sector que aún es conocido como “La boca del churro”.

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