Perros de paja



Presenciamos una época donde los discursos están agotados en contenido y expresiones. La repetición, la inconsistencia y falta de imaginación para producir nuevos términos que logren hacer a las masas parte de ideas y movimientos políticos, con quienes se identifiquen en lo intelectual y sentimientos, obligan a la búsqueda y reciclaje de algunas viejas voces y términos. De esas últimas, “perros de paja” es muy útil por su complejidad y variaciones.


Esta expresión comienza su existencia en la China antigua. Allí utilizaban para ceremonias y rituales muñecos imitando perros que eran rellenos de paja. La idea era dar a los dioses una ofrenda con forma de perro, que era tratada con el mayor de los respetos, veneración y adulación, pero una vez concluido el ritual o ceremonia eran lanzados a la basura, pisoteados y abandonados por que ya no eran útiles.
Refiere  la expresión “perros de paja” en el primero de sus significados, a aquellos individuos que aparentan fuerza, hacen ostentación y despliegue de gran poder con la intensión de mantener ocultan la realidad, que son débiles, de naturaleza hueca y por su puesto capaces de ser falsos. Existe otra expresión con igual significado, es “tigre de papel”. También se utiliza “perros de paja” para señalar a quienes forman parte de multitudes, las masas, carne de cañón o publico de galería, y se les anima con halagos a que sean tontos útiles para un fin y en ocasiones protagonistas de la noticia. Sin conocimiento de la verdad les ubican en un lugar y momento conveniente.
Resulta que esta expresión también tiene su momento de corrupción. Se utiliza por timadores y estafadores para designar a las cotizaciones falsas o arregladas y aparentemente distintas que se presentan junto a las verdaderas, para que la del amigo triunfe y las de honestos e ingenuos, fracasen.
Otro uso que tiene es para identificar a la persona que se escoge como interpuesta o testaferro ante una operación ilegal, esconder dinero y propiedades. Estos perros deben estar dispuestos a pagar con cárcel el privilegio de aparentar y vivir una vida de opulencia que no les pertenece. El último significado de esta expresión se refiere a la persona quien se convierte en chivo expiatorio o cabeza de turco, quien será culpado de los hechos ilegales o crímenes de otro. Este ni si quiera llega a disfrutar de las mieles del delito que no cometió.
Sabiamente el poeta chino Lao Tse, en una de sus obras señala que el destino, el mundo y las personas con poder y sabiduría trata todas las cosas como a los “perros de paja”, luego de usarles según sus objetivos y necesidades los desechan y arrojan a la basura, sin sentir remordimiento o sentimientos de culpa. Esas son palabras para tener en cuenta siempre.

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