En nuestro país, si de
algo se puede jactar cualquier ciudadano es de ser experto en el tema electoral,
seis décadas de democracia proporcionan experiencia sobre cómo no ganar y sobre
cómo no perder elecciones, sean reina de carnaval, madrina de muñecas o
diputado. A continuación las más relevantes, ejemplos de su aplicación y
resultados.
La técnica del 1 por 10
es un fiasco. Son listas sin sentido que estresan al que debe hacerla y
angustian en los anotados. En San Miguel* se hizo un análisis de esta técnica y se encontró que los
anotados, en su mayoría, no tenían idea para qué era la lista.
El arrastre de votantes
es una operación muy peligrosa y pocos los votos que genera. Llevar a última
hora enfermos graves, ciegos y abuelitas solo son ejemplos de civismo, mas
nada. En Marín* se encontró que ese voto si influyo, si, en acelerar la muerte
de la señora que sacaron de terapia intensiva.
Con la técnica de las encuestas
hechas a favor se comprobó que son solo un método de propaganda, todos
contestan sí, porque nadie quiere anotarse a perdedor; pero ninguna encuesta,
propia, pagada o arreglada hace ganar elecciones. En San Gerónimo*, las
encuestas daban un ganador por amplia mayoría, y resulto que gano un independiente
desconocido, bien simpático y hablador.
El apoyo público de
cantantes, actores, brujos y cómicos al candidato también es una formula
vencida. Ellos aseguran actos llenos de público, pero no votantes. En El Cajón*
se presentó un cantante como candidato, obtuvo
un gran aplauso y solo cinco votos.
El casa por casa en
barrios con alta criminalidad es mala idea, se puede llegar a ser testigo o
víctima de un crimen. Está técnica que obliga al candidato a tomar café o jugo en
un hogar antes de seguir al siguiente donde le repetirán la dosis, lo que solo
produce una gran acides.
Las campañas de
movilización de votantes a los mítines (palabra solo usada por poetas de la política)
solo aseguran que alguien se quede con los viáticos. En la Manteca* la
movilización fue exitosa, solo en el papel, los aportes del partido aseguraron
las vacaciones en Europa de alguien.
Ninguna manipulación matemática
asegura la victoria. Manosear las circunscripciones de votación, uniéndolas o
separándolas para provocar distorsiones que permitan mantener el poder,
funcionan solo cuando a juro se hacen funcionar y no por la sola esperanza que
funcione.
Entender que la
maquinaria electoral no es toda poderosa, es una lección política básica. Lo
que si de verdad asegura la victoria es el convencimiento, la educación de los
cuadros militantes y ser fiel al discurso pronunciado.
Saber que decir, y que
no, es lo único importante para ganar una elección. Entender que los votantes no
son niños eligiendo colores o juguetes, que siempre están deseando un cambio,
una señal sobre por quién votar, y dársela de forma clara, esa es la fórmula
para ganar sufragios.
*Poblaciónes en el
estado de California, en los Estados Unidos de Norteamérica.
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