Funciones y usos de la saliva

En la boca de un adulto se producen cerca de un litro y medio de este líquido casi viscoso que es producido por las glándulas salivales en la cavidad bucal y que es actor principal en los primeros actos de la digestión. Es inodora, incolora e insípida, al igual que el agua, pero en ella se percibe algún olor y sabores por causa de las bacterias presentes en la boca, dientes y lengua o medicamentos o estados de salud. 
La saliva es muy importante porque permite que los alimentos se disuelvan (es 99% agua) y se pueda
percibir su sabor a través de la lengua, por eso, con la “boca seca” no se perciben correctamente los
sabores de los alimentos. Otra función es la de neutralizar los ácidos producidos por las bacterias en
la boca después de comer, para  evitar la desmineralización del esmalte dental y la acumulación de
sarro.
Está compuesta por agua, Iones cloruro, bicarbonato, moco, lisozima (sustancia antimicrobiana),
enzimas digestivas, calcio, tiocianato, estaterina (sustancia antibacteriana y antifúngica) También
inmunoglobulinas específicas, transferrina y lactoferrina. En 2006 investigadores franceses
descubrieron en ella una sustancia capaz de calmar el dolor. Tal vez sea la razón por la que al tener
un dolor tragamos grueso.
Entre sus funciones biológicas está el facilitar la cicatrización de las heridas en la boca, iniciar la
digestión de carbohidratos y grasas,  facilitar el tragar, lubricar lengua y labios para facilitar la
articulación de las palabras. Su ausencia produce la sensación de sed y expone la cavidad oral a
infecciones bacterianas.
Tan importante como sus funciones son los usos que los seres humanos dan a tan ingenioso fluido
corporal. Algunos son tiernos y risueños, como el de ser usada por madres y padres hábiles para
controlar un mechón rebelde en la cabeza de su retoño o las manchas de suciedad en la cara. A los
bebés les gusta por naturaleza jugar a hacer burbijas con su saliva. Los adultos la usan de forma más
práctica, como antiempañante de parabrisas y lentes de natación y buceo, para quitar manchas de
comida en la ropa, espejos y borrar tinta en cualquier ocasión. Es usada por algunas etnias indígenas
como fermento para elaboración de bebidas alcohólicas basadas en el maíz.
Incluso llega a ser usada como pulimento complementario de zapatos, como antiresbalante al contar
billetes y pasar páginas de un libro, para “trampear” pelotas de beisbol, como abrasivo en el pulido
de diamantes, para ser lanzada como juguete desde lo alto de puente y edificios,  para detectar fugas
y escapes de aire en llantas, tripas y cauchos en talleres de reparación, para escribir mensajes
secretos en el espejo del baño, como lubricante de emergencia de máquinas y herramientas o para
quitar manchas de pintura de labios en vasos y copas cuando nadie observa.
A pesar que a través de ella se puede contagiar enfermedades como el herpes y la mononucleosis, la
saliva sigue siendo usada como un excelente lubricante sexual de las tres cavidades enterales del
cuerpo humano y sus miembros, con la ventaja que afecta la movilidad de los espermatozoides y por
ende su fertilidad

La saliva adquiere un especial significado en lo social cuando es impulsada fuera de la boca con
fuerza y se convierte en escupitajo. Al ser lanzado a los pies de una persona significa odio, y lanzado
a lo lejos señala asco y repulsión. Cuando el destino del escupitajo cargado de flemas es el ojo o la
cara de otra persona, el odio visceral no está sujeto a interpretaciones. También sirve para sellar
pactos de honor al mojar las manos que se van a estrechar,  en sustitución de la sangre. Como forma
de expresión humana su ausencia señala locura, la abundancia expresa mucho deseo y su exceso,
hasta el punto de ser espuma y colgar de la boca del sujeto, señala dos cosas, más locura aún y la
hora de correr. El uso más importante, socialmente hablando, que tiene la saliva, el escupitajo o
escupitazo, es como medio de expresión de la opinión que algunos ciudadanos tienen de sus
representantes políticos, cuando nadie les mira, claro está.

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