Ser alcalde de una ciudad o municipio no es un trabajo al que accede por pura suerte o
casualidades del destino. Eso no ocurre jamás. Todos, hombres y mujeres, quienes llegaron
para ser alcaldes, trabajaron muy duro y por mucho tiempo, junto con familia y amigos para
lograrlo.
casualidades del destino. Eso no ocurre jamás. Todos, hombres y mujeres, quienes llegaron
para ser alcaldes, trabajaron muy duro y por mucho tiempo, junto con familia y amigos para
lograrlo.
Cuando el burgomaestre era nombrado por las autoridades extraterritoriales, lease corona
española, por los tiempos de la colonia, sus credenciales de hombre honesto y de hijo en
buena familia le hacían peso a favor para hacerse acreedor al cargo hasta que las
circunstancias lo permitieran. Luego, en la República, la imagen del político bueno y adecuado,
hombre de familia, buen vecino, con excelentes relaciones con los jerarcas del partido y el buen
apellido, eran las cartas para ser nombrado en el cargo. En estos tiempos de democracia, con
elección directa y secreta, los candidatos y sus familiares, incluyendo ahora al cónyuge, deben
trabajar más, pues ninguna de las credenciales anteriores bastan; es el trabajo social hecho en
favor de los vecinos del municipio, en especial los de la comunidad donde el aspirante vive
con su familia, y su reconocimiento, son las llaves que le que abren las puertas del éxito para
llegar a ser alcalde.
española, por los tiempos de la colonia, sus credenciales de hombre honesto y de hijo en
buena familia le hacían peso a favor para hacerse acreedor al cargo hasta que las
circunstancias lo permitieran. Luego, en la República, la imagen del político bueno y adecuado,
hombre de familia, buen vecino, con excelentes relaciones con los jerarcas del partido y el buen
apellido, eran las cartas para ser nombrado en el cargo. En estos tiempos de democracia, con
elección directa y secreta, los candidatos y sus familiares, incluyendo ahora al cónyuge, deben
trabajar más, pues ninguna de las credenciales anteriores bastan; es el trabajo social hecho en
favor de los vecinos del municipio, en especial los de la comunidad donde el aspirante vive
con su familia, y su reconocimiento, son las llaves que le que abren las puertas del éxito para
llegar a ser alcalde.
Las elecciones de alcaldes siempre son más reñidas por intimas, pues a diferencia de otros
cargos, donde no importa si el candidato conoce o no el nombre de las comunidades, barrios
y vecindarios, el de alcalde, es el cargo de elección popular más directo y con más contacto con
las comunidades, a él se le ve en las calles, en el transporte público, en el mercado, vive en el
mismo barrio de siempre y en la misma casa de toda la vida, ese candidato no puede mentir a
su pueblo.
cargos, donde no importa si el candidato conoce o no el nombre de las comunidades, barrios
y vecindarios, el de alcalde, es el cargo de elección popular más directo y con más contacto con
las comunidades, a él se le ve en las calles, en el transporte público, en el mercado, vive en el
mismo barrio de siempre y en la misma casa de toda la vida, ese candidato no puede mentir a
su pueblo.
Luego, lo más difícil de ser alcalde es permanecer indemne a las olas de la difamación, a los a
taques de los enemigos, las trampas del destino y la lengua de los chismosos. Eso es lo más
difícil que debe superar un alcalde durante el ejercicio del cargo, por el resto de su vida y
mucho tiempo después de su desaparición física
taques de los enemigos, las trampas del destino y la lengua de los chismosos. Eso es lo más
difícil que debe superar un alcalde durante el ejercicio del cargo, por el resto de su vida y
mucho tiempo después de su desaparición física
Por esa causa, para ser inscrito en la galería de alcaldes poco importa cómo llego una persona
a inscribir su nombre en ese capítulo de la historia de la ciudad, tampoco si su gestión fue
buena o poco recordada, si su mala gestión le antecede o solo se le recuerda como una
anécdota en la vida del municipio. Quien en algún periodo de la vida de la ciudad fue alcalde
tiene el derecho a ver su nombre y su imagen en la galería de alcaldes de la ciudad. Un retrato,
un nombre y su reseña biográfica no es un acto egocéntrico o narcisista, es el costo de ser una
persona pública que debe ser bien conocido por todos sus vecinos, presentes, pasados y
futuros, en todos los sentidos.
a inscribir su nombre en ese capítulo de la historia de la ciudad, tampoco si su gestión fue
buena o poco recordada, si su mala gestión le antecede o solo se le recuerda como una
anécdota en la vida del municipio. Quien en algún periodo de la vida de la ciudad fue alcalde
tiene el derecho a ver su nombre y su imagen en la galería de alcaldes de la ciudad. Un retrato,
un nombre y su reseña biográfica no es un acto egocéntrico o narcisista, es el costo de ser una
persona pública que debe ser bien conocido por todos sus vecinos, presentes, pasados y
futuros, en todos los sentidos.
Es inquietante ver que la galería de alcaldes del actual municipio San Felipe, cuya historia se
remonta a la fundación de la ciudad hace más de 250 años posee tan solo doce retratos que
muestran una pequeña parte de la historia de la ciudad y sus personajes.
remonta a la fundación de la ciudad hace más de 250 años posee tan solo doce retratos que
muestran una pequeña parte de la historia de la ciudad y sus personajes.
Reunir los nombres de todos los alcaldes de la ciudad, origen y periodo de servicio al pueblo,
no puede ser trabajo fácil, pero es necesario. Todos ellos deben estar en la galería, sin
excepción, dando la cara por su tiempo y sus obras, sus éxitos, fracasos, glorias o debilidades.
La galería es el memorial que tiene la ciudad para otorgarles honor por su desempeño o para
hacer que los aspirantes no olviden que los pecados de los padres serán carga para los hijos y
nietos. Esa es la mejor regla para la recta conducta de un alcalde.
no puede ser trabajo fácil, pero es necesario. Todos ellos deben estar en la galería, sin
excepción, dando la cara por su tiempo y sus obras, sus éxitos, fracasos, glorias o debilidades.
La galería es el memorial que tiene la ciudad para otorgarles honor por su desempeño o para
hacer que los aspirantes no olviden que los pecados de los padres serán carga para los hijos y
nietos. Esa es la mejor regla para la recta conducta de un alcalde.
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