Dulce de guayaba

En Venezuela este postre cada quien lo hace como mejor le apetece y según sus posibilidades; la dificultad de su preparación es casi nula y la necesidad de ingredientes adicionales al azúcar es optativo, en algunas regiones sì tienen recetas establecidas, más por necesidad de comercialización del producto y del orden artesanal, que por amor familiar.
El primer paso para elaborar el dulce de guayabas es ir al mercado y comprar las guayabas, no importa la variedad ni el tamaño, y del color preocupese en la presentación, eso si, bien maduras y olorosas. Otra forma es salir al patio y cogerlas de la planta. Otro método para iniciar es pasar a un solar ajeno y tomar todas las que sea posible, sin ver cuántas son o cuan maduras están y salir de allí a la carrera antes que él propietario o sus perros se percatan del robo al que son objeto. Lo siguiente es lavar la guayaba sin importar su origen. Paso siguiente, eliminar el rabito o extremo que le unió a la planta, es imperdonablemente amarga. También es buena idea, no indispensable, él pelar la fruta, privarla de su corteza, verde o amarilla, evita esa textura correosa muy leve al producto final, que en algunos paladares suele ser amarga y según las variedades puede llegar a ser ácido;  aun así,  eliminarla significa privar al dulce de “un no se que” propio de algunas recetas personales. Es algo así como comer queso sin huequitos. La corteza le da esa legitimidad que tienen la artesanía por causa de sus imperfecciones.
Para hacer el dulce de guayaba, así sin medias tintas ni apellidos, se inicia la preparación en el punto de la fruta limpia. Luego se coloca la pulpa en un recipiente y se pisa hasta formar un puré. Aca llegamos a un punto de elección. Si lo prefiere, puede utilizar la licuadora para triturar y conseguir la textura deseada, como de crema, si lo desea puede dejar algunos  trozos de fruta; lo que está de moda; bastará con triturar la fruta con descuido.
En este punto es necesario decidir algo de poca importancia; dejar o no los gusanitos que algunas ocasiones acompañan a la pulpa. Este no es un asunto que deba perturbar su sueño. Nunca alguien encontrara un gusanito en el dulce. Por otra parte, y más importante es que la guayaba tiene muchas semillas que son en extremo duras y amargas, por ello  es necesario eliminarlas por completo (no todas las guayabas contienen pepitas, hay variedades que no las contienen). Nadie deja las semillas en el dulce. Para eso se debe pasar por un colador la pulpa y desechar lo que no pase por la malla. Ya se tiene la pulpa para el dulce de guayaba lista.
Aca comienza la magia y la sencillez de esta preparación. Luego se agrega azúcar en cantidad equivalente a la pulpa. Se suman los condimentos, si fuese posible, se cocina a fuego alto hasta que adquiera la consistencia que usted desee. Solo que, para evitar que se pegue y queme en las paredes de la olla, a más consistencia, es necesario dar más paleta o cuchara de madera. Dejar en cocción hasta que rompa en hervor y bajar, está bien; cocinar hasta que cambie de color, también lo está; es asunto de gustos y de cuanto se quiera trabajar. Al final siempre se termina con… y retiramos del fuego.
Cuando se lleva al máximo de la consistencia, es decir, cuando al paso de la paleta o cuchara los surcos no se borra de inmediato; se retira del fuego y vierte en una bandeja, cuando se enfría se conserva como un suave, oscuro y dulce ladrillo. Está preparacion se le conoce como el “Bocadillo de Guayaba”, que cortado en porciones del tamaño de un bocado será  envuelto en hojas de “bijao”, que no es plátano, como muchos pensaron algunas vez.


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