Los locos de Cristo

La Biblia Latinoamericana, impresa por ediciones Paulinas, en su edición numero 81, autorizada por el arzobispo de Quito el 26 de enero de 1989, en su pagina 256 del “Nuevo testamento”, precisamente en la carta del apóstol San Pablo a los Corintios, en 4:10, en su primera linea, lanza, con firmeza y pasión la frase, textual “ Nosotros somos los locos de Cristo” cuando, en el texto general de la carta, entre otras reflexiones, compara a unos y otros seguidores de la palabra de Jesus, en circunstancias que es menester leer en el citado texto.

En esta frase, “ Nosotros somos los locos de Cristo”, dentro y fuera de su contexto bíblico da pie a muchas e interesantes reflexiones. Lo primero es el sentido literal, conforme en el texto. Esta frase es usada por Pablo para referirse a los Apóstoles, hombres comunes que dejaron toda posesión material para ir, en principio tras la palabra de fe impartida por el Nazareno durante su estancia en la tierra, luego siguieron haciendo camino para predicar, para sembrar la palabra en la mente y los corazones de todos quienes quisieran oírla. El asunto es que son llamados locos por abandonar todo para ir en busca de un mundo mejor, para hacer un mundo mejor, para llegar a un mundo mejor.

Ese parece el sino de los migrantes, personas que después de una bendición y un amen dejan atrás, parte o toda la familia, los pocos bienes que les quedan y echan sobre sus hombros una mochila llena de esperanzas y miedos para comenzar a andar por caminos y mares desconocidos hacia una vida mejor, guiados solo por la fe y protegidos por una oración. Por esa decisión se les llama locos.

A esos locos de Cristo, que no llevan riquezas, solo su voz para cantar, para rogar, para suplicar por un trabajo, por una oportunidad para demostrar su talento, para pedir alimentos, alojamiento y para orar, son personas que comunes que salieron de los que eran sus hogares para no volver, en la mayoría de los casos, pero su imagen quedara en la mente de aquellos que les vieron y echaron en ese viaje de fe. Y los que regresen serán también llamados locos.

Los otros locos de Cristo son quienes se quedan atrás, los viejos, los niños y los enfermos que cada día rezan por un día mas de vida, por una comida mas, por un poco mas de paz; son también los que no tienen oportunidad de partir y se encomiendan a la providencia para que les de la oportunidad de encontrar que hacer, que comer y la paz para dormir otra noche cuando nada de eso se presenta.

En resumen, todos estos locos son reconocibles en cualquier lugar porque son personas cuerdas, bien centradas y equilibradas quienes en todo momento están contentos, son optimistas aun en la adversidad y esa felicidad la reparten en todo momento. Ellos caminan con la fe como estandarte y hace tiempo decidieron seguir abrazados a la esperanza y la oración mientras andan por el mundo entre los mortales; son personas que se levantan con una oración al cielo, se acuestan al final del día con las palabras del Nazareno sus en sus oídos, su dulce sabor en la boca y el consuelo, abrigo y amor en el corazón.

Los migrantes y quienes se han quedado por no tener medios para partir son duramente criticados por la opinión mundial quienes ven a unos y otros como condenados a muerte, seres sin futuro ni destino; son visto como un espectáculo por muchos de los habitantes del mundo entero, quienes piensan que, al igual que los Apóstoles en el pasado, a estos hijos Dios los ha colocado en el ultimo lugar, cuando definitivamente están justamente al otro extremo de la fila.


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