El Candidato de Manchuria


Es una película del 2004, cuyo argumento es que un oficial del ejército es manipulado para convertirse en candidato a la vicepresidencia de un país, detrás de él y su destino, esta una tramoya que incluye familia, política e intereses industriales de una empresa global denominada Manchuria. En conjunto, los hechos en la película apuntan a que los conspiradores interponen sus esfuerzos individuales para que estos concurran en un punto y con ello la obtener el poder político en un determinado escenario. 


En Venezuela frecuentemente ocurre que un candidato llega al objetivo que se ha propuesto, más que con su propio esfuerzo, por la aparición o aplicación de un síndrome plurietiológico, es decir que muchas causas, particulares y aparentemente inconexas, se suman para que determinados hechos ocurran. Esa parece ser la historia de muchos postulantes a cargos públicos de elección popular o de asignación a dedo; cuyas carreras políticas se explican con la simple narración y descripción de un conjunto eventos, grupos musicales, proposiciones, mundos posibles, creencias, pensamientos y relaciones que causaron que el individuo llegara al poder; y que son disfrazadas como apoyo popular genuino, tratando de hacer creer al ciudadano común que el candidato  logro ese cargo, su carrera y hasta su familia con el apoyo popular. Quienes promueven al candidato montan toda esta maquinación para lograr un objetivo bien definido: las cloacas del barrio.  

Está visto que si una comunidad quiere la satisfacción  de todas sus escaseces necesita  crear su candidato de Manchuria, quien desde un puesto de elección popular proceda a la resolución de esos problemas del barrio. Esa es la causa por la que todos en una casa se alegren que uno de sus miembros pasara a integrar las ahora inexistentes junta de vecinos, era la llave que abriría el camino a la administración de los reales, de igual forma el que uno de sus integrantes lograra trabajar en la compañía de agua les asegura, sino un servicio regular, el no ser víctimas del olvido durante racionamientos.

Por ejemplo, cuando un muchacho llega a director de un colegio se transforma en el seguro educativo de la mayoría de los chicos  de la urbanización catalogados como mala conducta, quienes terminan estudiando bajo el cuido y tutela del vecino que no deja de poner un ojo en su desempeño escolar. Igual pasa cuando un conocido llega a director de un instituto público, eso asegura que todos los que estudiaron con el tengan acceso a un cargo y por supuesto a rápidos ascensos y así ayudar a otros conocidos y vecinos.

El síndrome del candidato de Manchuria se repite a todos los niveles, pero siempre hacia arriba, hasta llegar a lo más alto. Con el elegido instalado llegan las autopistas, los hospitales, los ambulatorios, los juegos nacionales y los impulsos económicos, sociales, crediticios y hasta culturales que nacen y por supuesto favorecen primero a la tierra que le vio nacer. Ya victorioso responde primero por su gente, a quienes debe cuidar, mimar y retribuir el cariño que le han entregado y que le ha llevado a donde está. Por eso la mejor inversión a largo plazo de una comunidad es cuidar a uno de los suyos con potencial político, y manipulable, seguro ese será ministro, llevara a un vecino como director, a otro le hará presidente de un instituto y entre todos señalaran al nuevo candidato de Manchuria.

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