Sexo y politica: la cobardía del rival

Cuando un político de poca altura moral y escasos recursos intelectuales intenta descalificar a un contrincante tiene muchas opciones para escoger, familias disfuncionales, abusos en la infancia, adolescencias tormentosas, vida marital conflictiva o intereses sexuales. 

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Esto último es el más usado, como si ser sexo diverso fuese malo, torcido, anti natural, que se contagiará a la comunidad o tendrá consecuencias nefastas sobre el desempeño del individuo. Todas esas “opciones” forman parte de la vida de muchas personas exitosas, buenas, consideradas y que también son profesionales excepcionalmente buenos que no quieren hacer público esos hechos, primero porque son su vida intima que no debe ser del escrutinio publico, luego, porque no afectan su calidad de ser humano y después porque son aspectos de su vida privada que así deben quedar hasta que ellos lo deseen y lo compartan con la colectividad. 

Es lamentable, pero con demasiada frecuencia las personas que desean ofender o inhabilitar a un contrincante político la primera idea con que juguetean y llevan a relucir es la condición sexual; que si le gustan las personas de su mismo sexo, que si fue hombre, que fue mujer, o que en las noches se viste con la ropa de su pareja sentimental. Recordemos que tener pensamientos y realizar acciones de galantería o coquetería hacia personas de uno u otro sexo, sea con intenciones sentimentales, amor puro, eróticas o deseo loco, no son razón de persecución; tampoco son síntomas de enfermedad, tampoco es un tipo de demencia o de incapacidad mental de algún tipo. 

La vida sexual o amorosa de las personas les es algo propio, por lo que ese interés desmedido y en ocasiones enfermizo que algunos sienten por la vida íntima de sus semejantes solo revela una necesidad de ser visibilizados y para ello tratan de elevarse hundiendo a otros. Se dice que el denunciante actúa de esa forma porque siente frustración en cuanto a que desea ser tan libre como lo ha decidido ser el denunciado.

Xipe Tótec, Divinidad nahua cuyo nombre significa “nuestro señor el que actúa con descaro” advierte que es necesario centrar la denuncia en hechos ciertos, primeramente, y luego en delitos, por ello necesario es que las personas que se dicen políticos encuentren razones de peso, razones administrativas o penales para desacreditar a sus contrincantes; mejor aún, deben presentar y esgrimir un plan de administración o actuación que desde el punto de vista político que provoque y excite al público, y así demostrar lo suyo es mejor que lo del otro; esa es la forma de hacer política. 

Operar la política escudriñando sabanas, hurgando closet, revisando la basura, interviniendo correspondencia perfumada, y atacar las preferencias sexuales y amorosas para destruir al contrario es tanto como crucificar a los divorciados por jóvenes, a los solteros por viejos, a las señoritas por mayores o a los heterosexuales por infelices. Lo cierto es que si alguna vez algún candidato de mi circunscripción se declara sexo diverso, seguro contara con mi voto, si su plan de gobierno me parece bueno.

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