Libro El Bogotazo, Memorias del olvido

Esta obra en volumen único de 653 páginas, expone los hechos previos y posteriores, los protagonistas y actores secundarios así como los menos visibles o de fondo que rodearon el homicidio perpetrado por Juan Roa Sierra con arma de fuego en la persona del abogado Eliezer Gaitán, presidente del partido liberal de Colombia, inminente candidato a la presidencia del país, virtual ganador de la futura contienda electoral, ocurrido el día viernes 9 de abril de 1948, a las 01:05 de la tarde a las puertas del edificio donde funcionaba su oficina de despacho de abogados en la carrera séptima de la ciudad de Bogotá; así como de los hechos de violencia social, saqueos, robos, incendios, linchamientos (el primero fue el del perpetrador) violaciones, asesinatos masivos y otros delitos que se desarrollaron durante los tres días siguientes luego de ocurrido el hecho central y que se extendió a las principales ciudades del país como Medellín, Cali, Cartagena, Manizales y zonas rurales. 


 Nota del editor

La nota del editor al inicio de la obra incluye tres referencias a comentarios hechos por terceros al respecto del valor cultural de la obra., en donde se le elogia señalándole como “referencia obligada para aquellos que aspiran a conocer e interpretar la historia de estos acontecimientos” (Enrique Pulecio – El Tiempo) la segunda es de Fidel Castro Ruz en donde afirma “Yo suscribo íntegramente que lo que Alape” y añade “es un libro de gran vigor histórico”. La tercera es de Eduardo Galeano, el autor de “Las venas abiertas de América Latina” quien manifiesta “has hecho un trabajo alucinante”.

La introducción

De ella, el punto más importante son sus dos primeras líneas “Antes de comenzar a escribir este texto, había leído la profusa bibliografía sobre el tema publicada en libros revistas periódicos” para de inmediato pasar a desvalorizar el trabajo de otros con la frase “y encontré que esas versiones eran particularmente parcializadas” También hace una observación de mucha fuerza en cuanto al valor del trabajo realizado pues afirma “hay que decir que no siempre la objetividad histórica se encuentra en las en estas fuentes secundarias” lo cual es un acierto, pues la objetividad solo se consigue evacuando el contenido de la fuente primaria, el testigo, el autor o la víctima.

La voz

El primer capítulo el autor hace una semblanza del doctor Gaitán sustentada en un encuentro con sus seguidores, algunos de los que proporcionaran su testimonio como parte del libro, en una reunión espontanea a la que cada año se congregan los gaitanistas sobrevivientes al bogotazo y al paso de los años. En esa ocasión el autor aprecia a Gaitán en sus capacidades de orador al escuchar su voz reproducida por bocinas colocadas en la calle, allí descubre una voz a la que describe como capaz de revivir la esperanza en la gente común, por medio de su forma de actuar en público de hacerlos sentir en confianza o en ardor según sea el caso, le descubre como un hombre capaz de relacionarse con el pueblo y en sí,  convierte este breve capitulo, que mas bien parece una suerte de segunda introducción en una breve esquela biográfica del hombre sobre el cual el cual giran los acontecimientos que desembocan en el evento social que describe y de todo lo que ocurre inmediatamente después de su asesinato. En este corto capítulo se hace amplia referencia descriptiva y emotiva de las capacidades oratorias del doctor Gaitán, a la magia de sus palabras y al encendido de su verbo. Lamentablemente no hacen referencia a la tarea que entraña la preparación de sus discursos, que como abogado debió realizarse con mucho esmero y precisión para obtener tan fructíferos resultados. Ese descuido hace que a Gaitán se le atribuyan dotes mesiánicos y eso precisamente lo llevó a convertirse en “La voz” a seguir.  No solo en una voz potente, lo describe también como elocuente, capaz de trasmitir ideas y hacerse entender por las muchas personas que querían escuchar, pero también ser escuchadas y tomadas en cuenta, Gaitán fue la voz de quienes, como los llamó uno de los miembros del séquito al rededor del doctor Gaitán, eran “los cubiertos de polvo”. Nuevamente se hace una breve referencia al impulso y a la fuerza de la voz de Gaitán cuando escribe que tenía un verbo tan encendido que hacía llorar a los jurados en los juicios y también se menciona el que fue su ultimo discurso en tarima y uno de los pocos trascritos, porque mucho confiaba en el poder de la improvisación, fue el que dicto al final de la marcha del silencio.

Años de tensión

En este capítulo segundo el autor comienza a utilizar las figuras que denomina “Retratos” “Memorias” y “El diario de la noticia” y lo hace de manera reiterada en los siguientes capítulos sin dejar alguna explicación de la razón de esta estructura para su obra; quizás con la intención de hacerles puente o formula de continuidad entre los diferentes capítulos y sus disimiles estructuras como más adelante se describirán. En “Retratos” deja constancia, muy breve, casi siempre, de las entrevistas a personas comunes, a gaitanistas de bajo perfil que fueron testigos de hechos y que aportan miradas de interés a los eventos antes durante y luego del asesinato de Gaitán y los sucesos posteriores que se denominarían el bogotazo. Estas intervenciones o entrevistas, las presenta de repente dejando al lector con algunas dudas hasta que al final de cada una señala el nombre del autor o testigo lo que crea una atmosfera o suerte de descubrimiento para el lector. Las “Memorias” en cambio, son relatos más estructurados y narrados por personas que no son de lo que llamaríamos el pueblo, sino fuentes de carácter histórico, son relatos más organizados y vale decir premeditados, preparados en circunstancias que no son aclaradas por el autor, por políticos y  gente alrededor de Gaitán, testigos que con cierto nivel, que pueden, y han organizado sus recuerdos y los dejan plasmar en el libro, es decir poco o nada tienen de espontáneos. En el diario de la noticia el autor de forma muy resumida, según parece, condensa el contenido de las noticias mas importantes publicadas por los diarios de la época sin especificar cuales y cual con cada noticia.

Este capítulo, también hace un apretado resumen de la situación política del país, de las relaciones entre los partidos y del sisma o división existente en el seno del partido liberal. Aprovecha el autor para resaltar los aspectos biográficos de Gaitán que son de interés para el tema centro del libro, el asesinato y la revuelta social que siguió a ese hecho; de los acontecimientos previos al 9 de abril de 1948, esto se refiere a las matanzas de civiles identificados como partidarios del liberalismo en Manizales y de otras ciudades y veredas, en lugares de toda Colombia y que venían ya encendiendo el clima de inconformidad social, que sumando al encendido y agitado verbo de Gaitán, como quedó plasmado en su discurso en el cementerio de aquella ciudad y en donde señala la existencia de un estado de sitio y zozobra entre los ciudadanos del país.

El jefe

El capítulo “Años de tensión” tiene otro inserto que se denomina “El Jefe” en donde se describe a Gaitán en su rol de líder, jefe y caudillo del ala liberal más Revolucionaria que sin llegar a ser de izquierda propugna la renovación de la sociedad colombiana, con lo cual queda bien claro su vocación de derecha y menos aún su simpatía comunista; de hecho; en este capítulo se hacen referencias claras a su poca comunión con el pensamiento comunista, más aun deja muy, muy claro y por sentado, el hecho de que él, Gaitán, era el líder y más aún, el jefe. Esa esa actitud de liderazgo no discutido, ni discutible; es una de las causas de la muerte del movimiento gaitanista; sin Gaitán no había gaitanismo. Así lo refiere el autor el epígrafe “Retratos” de este subtítulo, en donde hace referencia a la visión que tenían los miembros del gaitanismo en donde él era el único que mandaba y todos obedecían, sin derecho a dudar y sin cuadros medios para discutir sus órdenes. Diferente a lo que ocurría con el liberalismo que apoyo a Gaitán. Que desaparecido este, siguió existiendo y permanece como fuerza política. Ese mismo liderazgo arrollador fue la causa de la muerte del movimiento; sin Gaitán, no existió ni existirá el gaitanismo.

9 de abril 1:05 p.m.

Este capítulo se extiende en relatar los hechos ocurridos ese día a la vista de sus testigos sin agregar ni quitar nada, sin hacer comentarios, mostrando lujo de objetividad con respecto a las opiniones y visiones de quienes en algún momento o lugar estaban presentes. Esta parte de la lectura empieza a mostrar la contradicción que entre testimonios pudiera haberse presentado durante el proceso legal, pues afirmativamente, existen contradicciones, breves algunas, profundas otras, entre los testigos. Punto interesante es que surgen de los diferentes relatos surgen y desaparecen personajes que estuvieron allí e interactuaron con los declarantes y de los cuales nunca se llegó a saber nada más que en una o dos menciones o versiones: el conductor del taxi que llevó Gaitán, los testigos que desde los cafés de los alrededores pudieron ver lo ocurrido, los transeúntes que presenciaron la captura del presunto asesino, por ejemplo.

Los otros días

En este capítulo se hace una recopilación poco rigurosa de las noticias que llevan o rodean los hechos desde el 7 de febrero hasta el 9 de abril y que evidencian la violencia política social que se desarrolla en Colombia antes de los dos sucesos en que se centra este libro.

Es necesario hacer un aparte en cuanto al subtítulo llamado “La ciudad” Allí se refleja reflejan en el testimonio de sus participantes, la amargura, la decepción y la frustración del pueblo bogotano por razón de la muerte de su ídolo y caudillo.

Otro aparte necesario es el subtítulo “Las emisoras” refleja claramente la intervención de estos medios de comunicación, poderosos y novedosos en ese momento, en donde se les aprecia al servicio e intereses de los bandos que se pudieran forman en la conflagración social en una u otra dirección, es decir, hacia la paz, hacia la guerra, hacia la derecha, hacia la izquierda, hacia los conservadores y hacia los liberales; llegando, incluso, tal como él lo dicen las transcripciones, a mencionar el anacronismo de “El poder de los godos” como una consigna valida.

La intensión oculta en el libro el Bogotazo

El punto más importante que se puede inferir de este libro es que es un trabajo que comprendió mucho material, seiscientas páginas; muchos años de investigación, casi una década; mucho material bibliográfico que revisar, cientos de números de periódicos y revistas; más las entrevistas realizadas, cientos de horas de paciente labor de escuchar y trascribir, que tienen un valor propio más allá de la obra misma: Entre estas últimas destaca de manera muy relevante la realizada al comandante Fidel Castro Ruz, líder indiscutido de la revolución cubana, a quién de manera inequívoca y complaciente se dedican 16 páginas completas tres fotos, una segunda intervención  y un epílogo de seis páginas. Todo este material sirve y sigue sirviendo como prueba de la no participación de agentes cubanos de izquierda o comunistas infiltrados en esos eventos posteriores a la muerte de Gaitán o a su asesinato. Para una mente abierta a las posibilidades, este libro es un muro de ladrillos más que una cortina de humo que trata de cubrir otros delitos que nada tienen que ver con la consecuencia directa, como podría ser el escándalo del millón ochocientas mil cedulas falsas o el sacrificio de un peligroso alfil que sin coronar la presidencia de la Republica pudiera poner en jaque a los reyes de ambos bandos, pues el control y ascendencia que Gaitán tenía  sobre las masas quedo de manifiesto y en descontrol con su muerte como quedó demostrado con el linchamiento de Roa, los incendios y saqueos realizados por masas que había perdido al jefe que les imponía control y que para ellos más que un líder era la esperanza de cambio de un pueblo

El carácter del libro el Bogotazo

Este libro tiene un carácter mixto muy inusual, aspectos de la Crónica policial pueden verse en las narraciones truculentas y detalladas de los crímenes cometidos, de los aspectos técnicos en la descripción del homicidio, que se hacen basada basadas las narraciones que hacen los testigos. Tiene características de la crónica literaria pues hace narraciones basados en referencias y desarrolla los aspectos desconocidos con el uso de la imaginación del cuentista que narra con detalle las conversaciones, por ejemplo, entre el señor Presidente de la República y su esposa, palabras y gestos que de manera imposible pudieron haber estado a la vista y oídos de los supuestos testigos, diálogos que difícilmente pudieron haber ocurrido en ese ambiente de angustia política, de presión social y de supervivencia humana.  La historia del revólver es contada paso a paso sin ser hilada de forma literaria tratando de darle un aspecto objetivo y de carácter pseudocientífico dejando atrás, curiosamente, elementos como la armamentista, la balística y el análisis criminal que seguramente aparecen en las actas de donde se extrajo el relato y que pudieran aportar datos de interés al proceso y mas aun al entendimiento claro y libre de cortinas de huno que se pudiera hacer de los eventos principales y los conexos con ellos.

Lo anterior permite, en cierta manera, que se puede hablar de que existen cuatro libros en este libro. El primero es los acontecimientos que se desencadenaron posterior al asesinato de Eliezer Gaitán. El segundo libro sería las circunstancias en que se desarrolla el homicidio y sus causas inmediatas. El tercer libro es el bogotazo en sí. El cuarto libro sería las misceláneas que rodean este el evento, la defensa del palacio presidencial, los motivos del asesino, la existencia o no de una organización espontanea del pueblo encolerizado. Y tal vez un quinto volumen, la otra cara de Gaitán, el político opuesto a los sindicatos, anticomunista, soberbio, narcisista, abogado, hombre de mundo, intocable para las masas y amante de los agasajos en los mejores y más lujosos lugares de moda en Bogotá, es decir de un Eliezer que es un ser humano.

Conclusiones

Al final esta obra deja abiertas varias historias. La primera y más importante es el libro que no fue escrito, pero que está inserto y sin editar entre las páginas del proceso al teniente Jesús Cortez, que se constituye como el último acto público de Gaitán. Hay una duda que plantea este libro de manera muy soterrada y es el destino de Magdalena, la hija del asesino; parece no tener interés; pero eso no lo podremos saber si no conocemos su destino.

Es posible que su reescritura a la luz de nuevos hallazgos políticos y documentales sea adecuada. Y definitivamente hay mucho que mucho que hablar y mucho que escribir al respecto de las afirmaciones del comandante Fidel Castro Ruz y su participación en las hechos anteriores y posteriores a esos días. No se puede permitir que seiscientas páginas de datos inconexos y algo de imaginación más tres afirmaciones anotadas bajo el título “nota del editor” den por muerta y sepultada la verdad verdadera, más allá de la verdad procesal, sobre los hechos que rodean el asesinato de Eliezer Gaitán.




Referencias

Alape, Arturo (1983). El Bogotazo. Memorias del olvido (Decima sexta edicion 2004) Editorial Planeta Colombia, S. A.


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